martes, 15 de enero de 2013

LA PUNTUALIDAD EN LA MESA





Aunque es común que la gente llegue "elegantemente tarde" a las fiestas, cuando se trata de un evento gastronómico, la puntualidad es de gran importancia ya que unos minutos de más pueden ser la diferencia entre dejar que el anfitrión se luzca con un platillo recién salido del horno, o que tenga que sacarlo sin nosotros y luego lo sirva tibio o recalentado. Además, si el evento es en un restaurante, se corre el riesgo de perder la reservación o de llegar cuando los demás ya han comenzado a comer y por ende, causar malestar a invitados y al personal, y posible descoordinación de los servicios.


En los eventos relacionados con el vino, como catas, lanzamientos y degustaciones, es también muy mal visto el llegar tarde; muchos de estos encuentros se realizan con el tiempo bastante justo, incluso con invitados internacionales que poseen apretadas agendas, y lo más seguro es que inicien a la hora, o no más que unos quince minutos después. 









Llegar tarde a un evento gastronómico trae además otro inconveniente; quienes llegan temprano se ven en un aprieto protocolar: ¿comienzan o esperan? si deciden comenzar, luego el que llegue estará comiendo solo para el momento del postre, y muchos se sentirán que perdieron la oportunidad de compartir la velada completa. En cambio, si deciden esperar, su esfuerzo por haber llegado temprano va a perder sentido, y quizá incluso el hambre aparezca y se vuelva una espera desagradable.


Comprendiendo que el estilo de vida en una ciudad tropical y complicada como Caracas propicia la impuntualidad, es común que quienes organicen eventos recurran a calcular un tiempo prudencial entre la hora en que citan y la hora en que realmente esperan comenzar, pero salvo casos inusuales, éste no debería pasar de media hora, por consideración a los presentes que llegan a tiempo.


Si recibes invitados y sospechas que van a llegar en horas muy diferentes, considera hacer de tu evento un open house y dejar que cada quien llegue cuando guste (simplemente indica que son bienvenidos a partir de cierta hora); o quizá tener frías un par de botellas de vino espumoso para dar la bienvenida a los tempraneros, su esfuerzo así será recompensado, y el tiempo de espera del resto del grupo pasará volando.


Si eres invitado a un evento y aunque procures ser puntual, te das cuenta de que se te ha hecho tarde, avisa tan pronto como sepas que llegarás después, para que el anfitrión pueda tomar sus previsiones (apartarte un puesto, tapar tu comida, ordenar por ti adelantadamente, etc.). Y si llegas tarde y ves que el grupo comenzó, no esperes una disculpa, ofrécela amablemente al encontrarlos.

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